lunes, 10 de enero de 2011

Inicio retardado de año

Agotadora pero también necesaria la pausa en la rutina, el trabajo, las obligaciones normales, para dar paso a otras obligaciones, éstas de carácter amigable, respetuoso, en el seno de las relaciones familiares o de amistad. Mucho ir y venir, lejos y cerca, a lugares incluso fuera del país, para renovar el amor por los nuestros, ellos, los que nos cobijan en el recuerdo pero ahora de manera directa lo hacen, y lo devolvemos nosotros del mismo modo. Renacer en este contacto para tomar fuerzas hacia un año de pronóstico reservado.
Podrá ser peor que el que acaba de terminar, funesto 2010? Esperamos con ansia que no, tanto dolor social no debía aguantarlo el corazón; debía estallar en mil pedazos que florecieran en nuevas y mayores esperanzas y acciones, de muchos, de todos los que sufren, para transformar el país, el planeta.
Regresamos, nos volvemos a ir, retornaos de nuevo y recogemos al llegar
la sangre y las lágrimas que siguen vertiendo las víctimas de esta ola sin cauce de violencia, que atropella todo, que lo arrolla ante nuestra vista y nuestra inacción. Tendremos que hacer algo, mucho, porque esto es ya imposible, genocida, crimen de lesa humanidad.
Damos inicio, de manera retardada, a nuestro año.
Veremos cómo va. Veremos qué hacer