martes, 27 de octubre de 2009

Afrenta a los electricistas, a los sindicalistas, a los mexicanos que no admitimos ser siervos del dinero








































y ya estamos aquí de nuevo, ante nuevos embates. ¿qué no habremos de tener ni una victoria, ni un descanso?

La liquidación de Luz y Fuerza del Centro, es el golpe que pretende liquidar, no a la empresa, sino al sindicato. ¿cómo puede el gobierno ampararse en el pretexto de que la empresa funcionaba mal si se supone que el gobierno es el que dirige, administra y regula a LYFC? ¿qué no es la Sener, y la SH quienes determinan las tarifas a que la compañía tiene que comprar la energía a la CFE y venderla a los ususarios? ¿qué no existe una Junta de gobierno en donde el Estado se encuentra sobradamente representado? ¿cómo que el sindicato les imponía demasiadas exigencias: el sindicato era mayoría en la Junta, les amenazaba con qué, o de qué forma les obligaba?

La patraña de que LYFC era deficitaria y la CFE es boyante, caerá bajo su propio peso dentro de poco tiempo. Ya están muchos, interesados o no en destruir a la otra paraestatal, sacando los trapitos de la CFE al sol. Al rato, ante la nueva ineficiencia comprobada, el gobierno no tendrá más remedio que también "liquidarla" y ahora sí, a venderla al mejor postor español o gringo. Y tendremos a las Denises, los milenios, los televisos rasgándose las túnicas para convencernos de que las paraestatales no tienen remedio, por eso la solución es la privatización. No hay más fórmula, receta, melodía o himno neoliberal. PRI-VA-TI-ZA-CIÓN.
Nos lo cantan, deletrean, machacan, susurran. Y como no nos convencen entonces privatizan bajo el agua, en secreto. Si nos ponemos rejegos, para eso está el ejército o a poco creímos que de verdad los militares andaban como Juan por su casa en nuestras calles por motivo de combatir al narco? Nomás nos fueron entrenando 3 años para que lo viéramos normal, es por nosotros que vienen, por los que no les hacemos genuflexión, por los que no les creemos sus cuentos de cuentas de vidrio. No les da miedo? A todos los que eligieron el cambio, la alternancia, el voto útil, el cambiar de jinete pero no de caballo; a los que compraron (o hicieron como que compraban) el discurso del "peligro para México", los que votaron por una mujer "muy progresista", los que voltearon para otro lado el día de las elecciones, a todos ellos hemos de darle las gracias porque el país se ha degradado a límites inconcebibles.

Hay días que es infinitamente difícil conservar la esperanza; luego de sufrir, volvemos a empezar recogiendo los fragmentos.

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